Experiencias de mi estancia de Investigación en Frankfurt
Arribé a la ciudad de Frankfurt el sábado 2 de septiembre, muy temprano en la mañana. Por ser día descanso por precepto, las actividades académicas dentro estaban suspendidas. Así, desde el primer momento, experimenté la disposición de servicio y generosidad que caracterizan a la comunidad del Instituto. La Dra. Anna Clara Lehmann me recibió con una gran sonrisa para hacerme entrega de las llaves de mi alojamiento en la torre de invitados de las instalaciones ubicadas en la avenida Hansaalle No. 41.
El motivo de mi estancia fue el proyecto de investigación que actualmente desarrollo, el cual versa sobre la historia judicial de la Iglesia Católica en la Hispanoamérica virreinal durante los siglos XVI y XVII, época que los colegas europeos llaman “temprana modernidad”. Me propuse realizar una inmersión en la biblioteca del Instituto, para buscar los precedentes medievales de los tribunales diocesanos, así como las experiencias contemporáneas a mi tema de estudio. Los resultados de la búsqueda sobrepasaron cualquier expectativa que yo me hubiera generado. Encontré desarrollos por demás interesantes en distintas tradiciones historiográficas y los hallazgos me han obligado a replantear y ajustar diversos aspectos de mi investigación. Debo reconocer el generoso y entusiasta apoyo recibido por parte del personal de la biblioteca. También pude sacar provecho los magníficos escáneres que me permitieron acumular material de gran valor imposibles de conseguir en México.
La experiencia no se redujo a la biblioteca. En coordinación con la Dra. Benedetta Albani, impartí el seminario que llevó por título: “Historia judicial y de la justicia eclesiástica en la Hispanoamérica virreinal: instituciones, dinámicas y métodos de investigación”. Durante las sesiones no solamente compartí el resultado de mis propias investigaciones, también me fue posible incorporar algunos hallazgos del momento, lo que permitió dar profundidad y perspectiva a las reflexiones. El seminario contó con la asistencia de doctorandos e investigadores de diversas latitudes de Europa y América, con quienes pudimos entablar un interesante intercambio de ideas. Cerramos el seminario con una disertación de Dr. Kenneth Pennington. Fue un honor contar con la presencia de uno de los grandes maestros y pioneros de la historia judicial de la Edad Media.
También tuve la oportunidad de participar en el seminario ofrecido por la Dra. Albani, titulado: “The Long and Troubled History of the Council of Trent and its Fortunes. Legal-historical Perspectives (15th – 20th Centuries)”. De la mano de la doctora y comentaristas invitados tuvimos la oportunidad de adentrarnos en los debates y diversas interpretaciones en torno al acontecimiento tridentino.
Podría comparar el trabajo realizado con el minero que, encontrando una veta preciosa, logra sacar buena cantidad de minerales, quedando pendiente su beneficio para obtener el mayor fruto. Por ahora, sólo puedo adelantar que la solución de continuidad entre la tradición medieval e hispanoamericana es sobresaliente, lo mismo que entre la diversidad de experiencias judiciales de las distintas monarquías católicas de la modernidad. Estamos ante una constelación de diversidades unidas por la coherencia de una larga y rica tradición. Así, me encuentro dialogando con dos comunidades de saberes al mismo tiempo. Por un lado, la formada por los teólogos y juristas de aquellos siglos; por otro, con los historiadores del derecho y la justicia de nuestro tiempo. Un diálogo que toma formas sorprendentes e inesperadas.
Una de las experiencias más interesantes de la estancia fue el diálogo con colegas de distintas latitudes, formales e informales, como el sostenido con Filippo Contarini en la cocina del piso donde nos hospedamos. Mucho podría decir al respecto; pero quiero llamar la atención en dos encuentros en particular. Las conversaciones con el Dr. Thomas Duve y la Dra. Pilar Mejía en torno a la historia del derecho entendida como la historia de los saberes normativos y el lugar que dentro de esta perspectiva podría ocupar la historia judicial; así como los encuentros con la Dra. Albani y las Dras. Ana de Zaballa y Macarena Cordero, que nos llevaron a imaginar un seminario de historia judicial capaz de abrazar diversas experiencias de investigación, en la amplitud de los horizontes interinstitucionales.
La experiencia académica quedaría incompleta si no compartiera algo de lo mucho que me regaló la ciudad de Frankfurt. Mi primer shock cultural sucedió al día siguiente de mi llegada, domingo. Contra lo que sucede en México, el comercio estaba cerrado por lo que no me fue posible comprar lo que de inmediato necesitaba. Sin embargo, gracias a tan sana costumbre, tuve mi primera inmersión en la ciudad. Realicé mi primer gran paseo, de muchos por venir, por la que con justo derecho podríamos llamar la “Ciudad Jardín”. Decir que Frankfurt es generosa es decir lo menos. No solamente es espléndida por sus excelentes servicios, también y sobre todo por sus parques y largos corredores arbolados entre cuyos jardines es posible caminar por horas enteras. Por eso, lo que estaba llamado a ser una experiencia académica especial, se transformó también en un acontecimiento espiritual.
Las muy largas jornadas de estudio se mezclaron con amplios paseos por la ciudad, de manera especial en el Grüneburg Park, situado a escasos cinco minutos de la biblioteca. De alguna manera, paso a paso, pude entender el alma de aquellos pensadores medievales, juristas y teólogos por igual, que desarrollaron las ideas y las instituciones que dieron cuerpo a la revolución jurídica occidental de los siglos XII y XIII, entre cuyas expresiones más interesantes estuvo el nacimiento de un orden jurídico plural y de una concomitante organización judicial diversa. Pude atisbar cómo el amor por la verdad se pudo transformar en pasión por la construcción de un orden justo -con sus fallas y virtudes-, en donde los tribunales tendrían que jugar un papel decisivo. Pude entender y reafirmar, como otras veces en mi vida, el tesoro que constituye el silencio creativo.
Al final, la estancia de investigación ha sido una experiencia de diálogo en el silencio con los seres humanos de cuyas experiencias de justicia realizo mi investigación; en la palabra con quienes han creado la historiografía que tanto disfruto; en la alegría con mis colegas de hoy de quienes tanto aprendo. Gratitud es la palabra que mejor describe lo vivido durante eso meses.
Sólo me resta reconocer de manera muy especial la generosidad de Thomas Duve y Benedetta Albani, en cuya virtud pude realizar la estancia de investigación en el Max Planck Institute for Legal History and Legal Theory durante los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2022.
Cite as: Traslosheros, Jorge E.: Diálogos en el silencio, en la palabra y en la alegría. Experiencias de mi estancia de Investigación en Frankfurt, legalhistoryinsight.com, 22.08.2023, https://doi.org/10.17176/20230825-114652-0